Un 28 de Octubre
me regaló Dios un sueño,
era la tarde de un lunes
cuando nuestras vidas se unieron.
De caramelo, tus ojos dulces,
de chocolate puro, tus cabellos,
de terciopelo es la nube
de tu alma en tu cuerpo.
Polvo de estrellas cubren
de pecas el rostro de tu cielo.
La mirada de tus ojos, luces
que iluminan el destino incierto.
Tus palabras se confunden
con las notas musicales de un verso.
¡El valor que en el pasado tuve
sólo a tu sonrisa se lo debo!
10-7-2008
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